Voy a contarte algo que ya sabes, pero que elegiste olvidar. Algo que te ayudará a conectarte con la PAZ que anhelas.
Vivimos en un tiempo de mucha celeridad y emociones explosivas. Parece que todo urge, que todo es para ayer. Tratamos de hacer y hacer y hacer sin detenernos para sosegarnos un momento. Los días parecen ser una sucesión de obligaciones, compromisos y deberes. En esta carrera desesperada por llegar a quien sabe donde, nos invaden la ansiedad y la frustración.
En lugar de transitar nuestras vidas desde la serenidad, elegimos ir de prisa. Tenemos la impresión de que siempre estamos llegando tarde. Mas aún, que nunca estaremos satisfechos. Nunca.
Estamos tan acostumbrados a esta manera de vivir que parece natural. Sin embargo, la ciencia ya da muestras de lo nocivo que resulta esto y cómo nuestro cuerpo recibe el impacto. Estres, agotamiento, hipertensión, depresión, son algunos de los efectos de este modo de vivir.
La buena noticia es que tienes el poder absoluto de elegir, ahora mismo, ver de otra manera y, en consecuencia, vivir en estado de paz.
Continúa leyendo y voy a revelarte una forma para conseguirlo.
Desde el momento en que tomé consciencia profunda de esto que te contaré mi vida dio un giro de timón hacia mares mas calmos. Aunque varias tormentas azotaron en mi cielo, algunas muy tristes y otras doloras, aún así, La PAZ siempre fue mi telón de fondo, mi red de contención.
Animate a ver de otra manera y te ayudará a volverte menos reactivo y sentirte mas seguro. Podrás generar un espacio entre lo que acontece y la emoción emergente para fluir con lo inesperado. Pondrás en una nueva perspectiva lo que dabas por sentado y mejorarás ampliamente tu forma de relacionarte con otros y contigo mismo.
Lo que vas a leer a continuación te ayudará a ser cada vez una mejor persona, mas ecuánime, amable y compasiva. Te va acercar a experimentar gratitud de una manera muy eficaz.
Aquí va la clave:
“Nunca estás disgustado por la razón que crees”.
Puede que te parezca absurdo lo que acabas de leer pero dale un chance y vuelve a leerlo. “Nunca estoy disgustado por la razón que creo” Sigue pareciéndote una locura?
Vamos a echar un poco de luz a esto y a ponerlo luego en práctica. Verás lo liberador que resulta.
Créeme, es una promesa.
Esta expresión fue extraída del libro “Un Curso de Milagros” y corresponde a la lección nro 5 de los ejercicios. Entendamos por “disgustado” a toda aquella sensación que te perturbe, que te saque de tu estado natural de paz.
Si, tu estado natural de PAZ.
Desde la mas leve incomodidad hasta un ataque de ira. Da igual la magnitud, lo importante es que identifiques su presencia. Ahora pregúntate en cada situación:
“¿Qué es lo que me disgusta?”
Ten por seguro que las respuestas aparecerán en forma de “lo que me pasa”, “me hizo” “mi” porque es la manera en que nuestra mente elabora la cadena de causas y consecuencias. Y aquí es donde radica la pieza fundamental para desmontar el circo que solitos nos construimos. Nos estamos creyendo el cuento que nosotros mismos nos contamos.
Sólo vemos las cosas desde nuestra historia, desde el lugar en que nuestra memorias y recuerdos construyeron una perspectiva limitada de percepción. Dramáticamente limitada.
Duda de eso que te estás contando.
No tienes y nunca tendrás toda la información a tu alcance para conocer el porqué y el para qué profundo que hay detrás de todo lo que acontece. NUNCA.
Y cómo podrías tenerlo?
Desde el big bang, punto inicial de todo lo existente observable, hasta la fecha, van unos 14 mil millones de años, día mas, día menos.
Te das cuenta lo inabarcable que es esto?
No te parece un acto de arrogancia suponer que cualquiera de nosotros podría conocer todas las causas de lo que hoy acontece?
En mi caso, con apenas 46 años es tan, pero tan, pero tan poco probable que me declaro absolutamente ignorante. Declaro “No se” y que alivio emerge de forma espontánea.
Quizás pienses que esto es aplicable en situaciones triviales pero no a las existenciales, las que resultan un punto de inflexión en nuestras vidas. Pues, precisamente es en estas ocasiones donde mejor aplica y donde mas rápidamente conectarás con la PAZ.
Lo sé por propia experiencia. Te cuento:
El sábado 19 de enero de 2019, como tantas otras veces, nos reunimos a compartir el almuerzo y la tarde con mis hermanos. Comimos, reímos, filosofamos, hicimos planes, proyectamos. Hasta las 17hs estuvimos juntos. Cuatro horas después me llamó al móvil mi hermano menor para avisarme que Germán, otros de mis hermanos, había fallecido en un accidente de tránsito, volviendo de nuestra quinta.
Lloré, me invadió la tristeza y permití que lo hiciera. El mundo ya no sería igual.
Ahora bien, ni una sola vez apareció la pregunta de ¿Por qué pasó? “Nunca estoy disgustado por la razón que creo” me repetía. Todo obra para bien y esto no es la excepción, aunque no conozca todas las causa ni todas las consecuencias.
Puedo asegurarte que la tristeza siguió allí (sigue aún) pero se transita desde una dimensión diferente. Aún cuando todo alrededor parecía derrumbarse, la PAZ siempre siguió ahí. Siempre.
Saqué de la ecuación el “me” y observé de forma despersonalizada lo acontecido. La vida no “me quito a mi hermano”. Si, él ya no está, pero no “me” lo quitaron.
Si pudiera conocer todas las causas y todas las consecuencias, si tuviera acceso a la película completa, si lograra ver la historia en su total dimensión, si todo estuviera ahí al alcance, la comprensión sería inevitable. Nos vemos como algo separado del todo que es la Vida y esa es la razón de nuestro disgusto. Es por eso que “Nunca estoy disgustado por la razón que creo”.
Como expresara el poeta Rainer Rilke, “créame, la vida siempre, siempre tiene razón” Y no puede equivocarse porque la vida es todo y todo es vida. ¿Como podría el Todo estar equivocado?
Te invito a reflexionar sobre esto, a que te des una chance de vivir de otra manera. En esta experiencia de vida, somos cuentos caminando y la historia que elijamos contarnos es la que dará sentido a lo que acontezca.
En mis procesos de coaching acompaño a mis clientes a permitirse la libertad de construir un nuevo modo de ver el mundo. Cuestionarse desde lo mas simple hasta lo trascendental y desde ahí ver de otra manera.
Es fascinante, te lo aseguro.
Permiteme acomPAZarte.